Pedazos de sueños rotos se esparcen
por una mente desordenada
En la que espectros silenciosos
vagan inquietando todo su ser.
Miles de reinos lejanos,
¡Inmensos mundos imaginarios!
Junto a lamentos ahogados...
La alcanzan cada anochecer.
Pues es su mirada inquebrantable
¡Producto de un corazón indomable!
Con senderos perdidos e inigualables
La que se pierde en un peligroso edén...
Maldita la frustración y agonía,
de cada noche infinita,
que aborda su alma;
y como siempre ; No la dejan dormir.